La orden de Alcántara
El puente de Alcántara es uno de los monumentos más imponentes que dejó la antigüedad romana en España. Fue uno de los más altos del Imperio, con algunos de los arcos de luces más grandes que ha dejado la ingeniería antigua. Salva la garganta que forma el río Tajo, en un punto en el que las crecidas son inusualmente grandes. Ha resistido el embate del tiempo y de la naturaleza. Lo único que ha sido capaz de destruirlo, como siempre, es la propia mano del hombre. En concreto los ingleses de Wellington, para retardar el avance de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia. Derruyeron un arco, que tuvo que ser restituido unos cuarenta años más tarde. Hoy en día queda empequeñecido por el inmenso embalse erigido no muy lejos río arriba. Aún así, es un vestigio de la capacidad de tiempos pasados. Se ha convertido en un referente cultural. Hay una novela ambientada en la Edad Media, de Lion Feutchwanger, titulada “El puente de Alcántara". Y lo es así a pesar de qu